De compras en China Town

Después de mucho leer e informarnos sobre Nueva York, uno de los lugares que más me llamaba la atención era ChinaTown. En muchos de los artículos que leí me encontré con historias rocambolescas, historias mayoritariamente sobre la venta ilícita de productos de alta gama a precios de mercadillo (Bolsos o relojes). Muchos de los autores explicaban cómo habían acabado en casas con las paredes expuestas con bolsos y relojes falsos custodiados por gente, digamos, de muy amable apariencia.

Yo también quería experimentar aquella aventura y descubrir aquellos escondrijos recónditos en medio de nueva york de la mano de uno de los muchos ciudadanos Chinos que ahí habitan, así que nos dirigimos a la calle principal de ChinaTown a la búsqueda de alguien que nos ofreciera su mercancía.

Se puede detectar a distancia quienes son aquellos dispuestos a regatear contigo el precio de un reloj, así que no tuvimos que andar ni media calle para encontrarnos con nuestra primera vendedora.

Al pasar por su lado nos susurró, muy “discretamente”, algo así como: “Bags, Louis Vuitton, Chanel”. Por supuesto, nos detuvimos intrigados para ver qué nos podría ofrecer realmente. Nos hizo a un lado, no sin dejar de observar a su alrededor a cada momento, y nos dio un dossier plastificado con las fotografías de todos los bolsos de los que disponía. Básicamente, su propio catálogo! Señalé el primero que vi, ansiosa por recorrer las estrechas calles de ChinaTown en la búsqueda de su recóndita y privada “tienda”. Pero el primer paso fue regatear.

Yo había leído que se podía bajar hasta un tercio del precio que te ofrecen, así que luché hasta conseguir pasar de 80 a 50$. La verdad es que no se si podría haber bajado un poco más, todo indicaba que no, pero mi verdadero objetivo era otro.

Así que, cuando pactamos el precio final, no os podéis imaginar cual fue mi cara de sorpresa (y decepción) cuando nuestra particular vendedora se dirigió a uno de sus compañeros que se encontraba cerca y le mandó a por el bolso! A él solo, sin nosotros, detrás, siguiéndole! No me lo podía creer. Al cabo de unos 5 minutos teníamos el bolso en nuestras manos. Nos hizo comprobar, en medio de la calle y con toda la multitud de gente observando, si nos parecía correcta su mercancía.

Mi respuesta fue clara y contundente: “No me gusta. Es muy grande, quiero ver uno mas pequeño”, con la desesperada intención de que me llevaran a su escondrijo. Pero su respuesta fue totalmente la opuesta: Se enfadó, me arrebató el bolso de las manos y se fue enfurismada, pronunciando palabras que, obviamente, no pudimos entender.  

Probamos suerte dos o tres veces más, pero el procedimiento fue siempre el mismo. Una de las veces nos introdujeron dentro de un ascensor que conducía a un parking subterráneo para mostrarnos el catálogo directamente desde su Iphone 6 (si, si, Iphone 6). Pero el episodio acabó ahí.

Hacia el mediodía la policía hizo acto de presencia y muchos de los incógnitos vendedores desaparecieron, motivo por el cual decidimos irnos a comer: Puede que sin bolso, pero habiendo experimentado nuestra propia aventura.

Por tanto, para aquellos Travelholics que queráis comprar algún que otro capricho (algunos de ellos de muy alta calidad, debo decir), el procedimiento, resumidamente, es el siguiente:

  1. Acercaros. Sabréis quienes son.
  2. Escoged de su amplio catálogo.
  3. Regatear hasta un tercio del valor que os ofrecen (podéis incluso probar con más).
  4. Esperad a la llegada de vuestra mercancía.

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